Etapa de diagnostico de una persona con TEA

Esa primera etapa en la que te enfrentas a un diagnóstico de algo que ni tan siquiera habías imaginado y en muchos casos ni oído hablar, por mi experiencia diría que es la más difícil de todas y en la que lamentablemente a veces nos quedamos incluso años intentando aceptar.

En mi caso no era algo desconocido el autismo para mí, ya que como especialista en atención temprana llevaba ya algunos años dedicándome y estudiando el trastorno porque de todos los que veía era sin duda el más apasionante por descubrir.

Quién me iba a decir en esos momentos que años después yo sería una de esas mamás que venían a atención temprana alertadas por los comportamientos de su hijo o hija y que yo misma iba a necesitar quien me guiara. En ese proceso tuve la suerte de poder elegir a la mejor terapeuta especializada en autismo que conozco y que ha sido y sigue siendo mi maestra, Ana García, sin ella mi hijo no habría llegado dónde está y yo tampoco.

El papel de un profesional en la etapa del diagnóstico fue clave

Ana ayuda a las familias y niños con TEA desde el centro de Atención Temprana de San Pedro de Alcántara (Marbella) desde hace 20 años, y uno de los procesos más duros, la aceptación del diagnóstico.

Es fundamental pasarla acompañada por un especialista, es la única manera de sumergirte en tu nueva realidad con amor y aceptación para salir más fuerte de ella y seguir adelante siendo otra persona, porque el autismo llega como un huracán que al principio derriba todo lo que hay a su alrededor para luego construirlo de nuevo de una manera distinta.

Pero no por eso menos estimulante o especial, el autismo transforma tu hogar, tu familia y tu vida en una carrera de fondo, sin prisa pero sin pausa, con muchos obstáculos que a medida que vas superando te van convirtiendo en alguien que vale la pena conocer.

No me imagino mi vida sin todas esas familias que me acompañan cada día y que tanto y tanto me enseñan, esas mamas guerreras que confían en sus hijos y se liberan de los prejuicios sociales a los que estamos sometidos tantas veces…que se vuelven sordas ante comentarios absurdos sobre la crianza de su hijo autista.

Mamas que se vuelven ciegas cuando notan las miradas en su cabeza cada vez que su hijo experimenta una crisis en plena calle y todos se vuelven para juzgar, que se transforman en sabias expertas en el trastorno de su hijo, haciendo pictogramas, buscando sitios tranquilos y amigos y amigas que comprendan y empaticen con su etapa creando tribus fantásticas de crianza consciente y respetuosa con esta condición.

Mamas que huyen del dolor y del castigo innecesario, buscando los reforzadores más valiosos para apremiar conductas, aprendiendo a interpretar señales y a anticipar posibles respuestas…siendo unas verdaderas leonas a veces tan invisibles como el autismo de su hijo.

Blanca Jiménez Palomar
Mamá Terapeuta Especialista en TEA.
Marbella 20 de agosto de 2024.

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